martes, marzo 22, 2011








Algún día te escribiré un poema que no
mencione el aire ni la noche;
un poema que omita los nombres de las flores,
que no tenga jazmines o magnolias.
Algún día te escribiré un poema sin pájaros,
sin fuentes, un poema que eluda el mar
y que no mire a las estrellas.
Algún día te escribiré un poema que se limite
a pasar los dedos por tu piel
y que convierta en palabras tu mirada.
Sin comparaciones, sin metáforas;
algún día escribiré un poema que huela a ti,
un poema con el ritmo de tus pulsaciones,
con la intensidad estrujada de tu abrazo.
Algún día te escribiré un poema, el canto de mi dicha.



Algún día de Darío Jaramillo A.

Porcelain Raft - Despite Everything

jueves, marzo 17, 2011

Ilustración: Lucia Rodriguez
http://www.flickr.com/photos/luciaje/




Lo cierto es que ya no recuerdo el rostro de Naoko. Conservo un decorado sin personajes. Aunque, si me tomo el tiempo suficiente, puedo revivir su imagen. Sus manos pequeñas y frías, su pelo liso, tan bonito y agradable al tacto; los lóbulos de sus orejas, suaves y carnosos, y el lunar que tenía debajo; el elegante abrigo de piel de camello que solía llevar en invierno; su costumbre de mirar fijamente a los ojos cuando hacía una pregunta; el ligero temblor que, por una u otra razón, vibraba en su voz (como si estuviera hablando en lo alto de una colina barrida por un fuerte viento). Al sobreponer estas imágenes, su rostro emerge de repente. Primero se dibuja su perfil. Tal vez porque Naoko y yo solíamos andar el uno al lado del otro. Por eso el perfil es lo que primero emerge en mi recuerdo. Después ella se vuelve hacia mí, me sonríe, ladea la cabeza, me habla y me mira fijamente a los ojos. Tal vez esperaba ver en ellos el rastro de un pececillo que cruzaba, veloz como una centella, el fondo de un manantial de aguas cristalinas.



Extracto de Tokio blues (Norwegian Wood) de Haruki Murakami


Alex Turner - Its Hard To Get Around The Wind

miércoles, marzo 16, 2011

viernes, marzo 04, 2011



La campana está llena de viento,
aunque no suene.
El pájaro está lleno de vuelo,
aunque esté quieto.
El cielo está lleno de nubes,
aunque esté solo.
La palabra está llena de voz,
aunque nadie la diga.
Toda cosa está llena de fugas,
aunque no haya caminos.
Todas las cosas huyen
hacia su presencia.



Roberto Juarroz